Salvado el 2020, el sector ganadero ya mira a un 2021 marcado por la PAC
En este artículo hacemos balance, y nos solidarizamos con los profesionales del sector por la causa de conseguir una política de precios justos que garantice la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas.
La evaluación del año 2020 para el sector de la agricultura y la ganadería en España ha quedado marcada por la profunda crisis que ha vivido el sector por culpa de la pandemia. Entre otras muchas cosas, el pasado año quedará marcado por la imagen de miles de tractores en las calles españolas en busca de unas condiciones dignas para unos trabajadores que vieron como el COVID impactaba desde los primeros meses y se agudizó con el confinamiento. Todo ello teniendo en cuenta que ya venían de un año (2019) nada satisfactorio en líneas generales.
Ciertamente, una evaluación conjunta arroja pocas luces al año que ha quedado atrás. Para el Ministerio de Agricultura, en cambio, el nuevo reparto de la PAC o que la renta agraria haya experimentado un crecimiento del 4,3% deberían representar una pequeña dosis de alegría. Un dato con el que no terminan de estar muy convencidos los profesionales del sector. En este sentido, parece relevante recordar que, a lo largo del año pasado,la renta agraria descendió cerca de un 9%, lo que supone uno de los peores balances que se recuerda dentro de un sector que ya venía arrastrando una situación dramática, tal y como contamos en este artículo.
Un 2020 “pésimo” para el vacuno
De contrastes. Así quedará marcado el 2020 en este sector vital para España. El moderado optimismo del segmento porcino, que ha podido aguantar mejor el impacto de la pandemia gracia a la estabilidad de la exportación, choca por completo con la valoración que Asaja Huesca hace del vacuno, que he vivido un año "pésimo". Desde esta organización ganadera aseguran que, sin ninguna duda, el vacuno ha sido el más afectado por la crisis sanitaria: los precios ya comenzaron a la baja y se hundieron más con el avance de la pandemia. No solo han descendido las exportaciones, sino que además el canal Horeca ha quedado muy tocado.
A todo ello hay que sumar que 2019 no se caracterizó precisamente por sus buenos números. "Las perspectivas del vacuno son muy inciertas", aseguran con preocupación, destacando que el encarecimiento de los piensos es "insoportable", que el consumo interior continua en depresión y, sobre todo, que el apoyo de las administraciones no es el esperado: "tanto por el previsible recorte de ayudas a las explotaciones antes de lo que se esperaba, como por la inexistente defensa de este característico sistema de producción en la PAC 2023".
El mercado lácteo busca "consolidar expectativas"
Los ganaderos de vacuno de la leche también salieron a la calle a principios del 2020 en busca de "un trato justo por parte de la industria y la distribución", tal y como señalan desde Agrapol. En su particular balance a los 12 meses más extraños de la historia reciente, señalan que todo comenzó "con buenas expectativas de mejora en los precios", aunque quedaran paralizadas poco después con el avance de la pandemia. "Las dudas sobre cómo iba a reaccionar el consumo y el mercado internacional hicieron que los precios, cuando menos, se congelaran e incluso bajaran en algunos casos", explican.
No obstante, para alegría de quienes trabajan cada día con el ganado de la leche, el tiempo se encargó de corregir la volatilidad del mercado y el 2020 se cerró con un trimestre "alcista en los precios y, sobre todo, premonitorio de lo que ha de suceder con el precio de la leche en 2021". Los pronósticos apuntan a que el consumo de leche continuará creciendo, mientras que el resto de grandes potencias seguirán "produciendo a precios muy superiores a los nuestros", lo que debería traducirse en más subidas.
En la parte negativa del balance, Agropol también ha puesto en acento en la alimentación: "el crecimiento del precio de los piensos, con el maíz y la soja a la cabeza, parece que tampoco se van a frenar en los primeros compases de 2021", han asegurado. El contrapunto a esta situación lo pondrán "las garantías establecidas por ley con respecto a los precios de costes de producción", que tendrían que convertirse en las herramientas adecuadas para corregirla.
La nueva PAC, en el punto de mira
Para el 2021, el caballo estos sectores tienen nombre y apellidos: Política Agraria Común (PAC). Consumido el periodo 2014-2020, prácticamente todas las asociaciones a nivel nacional han mostrado cierta preocupación por lo que viene.
Una de las principales, sin duda, es el recorte del 10,2% en términos constantes con respecto al anterior periodo. No obstante, tal y como confirmó el ministerio, a España le corresponderán 47.724,30 millones de euros hasta el 2027. Cifra que superará los 50.000 millones gracias a las aportaciones del Estado o el dinero que llegue desde los planes de recuperación de la UE.
En este sentido, ASAJA ha sido contundente: con el rumbo actual de las negociaciones por una nueva PAC se corre el riesgo de que los profesionales del campo y la ganadería se vean abocados a cumplir con un sistema de condicionantes "incompatibles" con el modelo productivo. Solucionarlo pasa en gran medida por centrarse más "en la realidad del sector productor, en la mayoría de los casos muy alejada de la visión que se tiene desde los despachos". De hecho, no han dudado en considerar poco afortunada la ausencia de las principales organizaciones profesionales en las mesas de trabajo.